Crítica

MARIO ANTOLIN PAZ. Presidente de la Asociación Española de Críticos de Arte.- 1990 
Ángel de la Peña. construye cada uno de sus cuadros equilibrando, con exquisita sensibilidad, el concepto y la emoción, la técnica y la sensualidad pictórica, de tal forma que cada una de sus obras,elevándose sobre su própia condición material, se trasciende de espíritu y misterio.

ANTONIO COBOS. Decano de los Críticos de Arte.- 1990

En medio de tantas actitudes miméticas, carentes de originalidad y lo que es peor de sincerida, como las que hoy proliferan en el amplio y variopinto panorama del informalismo y la abstracción, Ángel de la Peña es una venturosa excepción, no sólo por su rigor y dominio técnico, ajeno a cualquier penosa improvisación, sino por la belleza intrínseca de una obra en la que, sin concesiones ni trucos, plasma su personalísima visión creativa.

TOMÁS PAREDES. Crítico de Arte - Subdirector del  (Punto de la Artes).- 1994    
La pintura  de Ángel de la Peña obedece a un proceso construido, contrastado, perseguidor de la precisión, con una soberbia técnica y de una adivinada morosida. Esta es la obra sobria y elegante, seducida e integradora, que sitúan a su autor entre los primeros nombres de la última generación de pintores informalistas.


JOSÉ MARIN MEDINA. Crítico de Arte.- 1994
La pintura de Ángel de la Peña conserva los elementos estructurales y materiales de la abstracción. El pictoricismo de Ángel de la Peña es definitivo. Estamos ante un pintor que está en su lugar; o sea en su camino real. Un sendero abierto, dirigido al color.

JUAN ANTONIO TINTE. Crítico de arte.- 2000
La pureza píctorica en su más depurada acepción. Los equilibrios en las formas, la composición urdida a costa de mínimas y esenciales modulaciones, no son en cualquier caso aleatorias. Son muchas las renuncias, muchas las variedades iconográficas de efecto asegurado las que Ángel de la peña ha debido desdeñar para liberarse de las tentaciones a que la propia pintura somete al artista.

SELA DEL POZO COLL. Crítica de Arte.- 2005

No es la suya una estética de lo programático, como tampoco de cadencias gratuitas. La pintura de Ángel de la Peña se justifica desde su existencia misma, producto de la seriedad del trabajo conjugada con la libertad de su personalidad unívoca.ortador de un discurso abstracto con leves referencias informales, convierten a estas obras luminosas y de sobria presencia en un bello conjunto de soportes, pinturas sujetas a una magnifica coherencia interna.

CARLOS DELGADO. Crítico de Arte.- 2006
Ha consolidado un vocabulario con enorme lucidez, se ha asentado en la depuración y en la concreción expresiva. Pero, paradójicamente esto lo ha conseguido a traves de la utilización de elementos discordantes que mantienen en todo momento su plena autonomía.

CARLOS DELGADO. Crítico de Arte.- 2006
Ha consolidado un vocabulario con enorme lucidez, se ha asentado en la depuración y en la concreción expresiva. Pero, paradójicamente esto lo ha conseguido a traves de la utilización de elementos discordantes que mantienen en todo momento su plena autonomía.

AMALIA GARCIA RUBÍ. Critica de Arte.- 2007
Portador de un discurso abstracto con leves referencias informales, sobre las que levitan diversas formas planas irregulares a modo de universo reducido a lo mínimo, surreal lirico al unisono. El fuerte contraste entre vacio y lleno expresando de manera esencial por las manchas de color oscuro firmemente recortadas sobre la superficie matérica de claridad indeterminada, convierten a estas obras luminosas y de sobria presencia en un bello conjunto de soportes, pinturas sujetas a una magnifica coherencia interna.